¿Qué significa ser pastor por un tiempo? Esta pregunta me la hice luego de haber sido pastor itinerante en una iglesia la cual amé y amo hasta hoy.
Era la primera vez que se me daba una responsabilidad tan grande como la de tomar el liderazgo principal de una iglesia muy reconocida en la ciudad de Coro, en el Estado Falcon-Venezuela. Aunque mi llamado siempre fue salir a las naciones, no fue hasta muchos años después que tomé en serio esa decisión por la gracia de Dios, pero durante mi inicio ministerial, teniendo apenas uno, 30 o 33 años, me estrené como pastor principal.
Mi esposa y yo llegamos con el deseo de establecernos, pero en el fondo sabíamos que Dios nos iba a sacar. Entonces éramos “Pastores por un tiempo”, en lo profundo no sabíamos qué hacer, pero luego que salimos con lágrimas de la iglesia por dirección de Dios, comenzamos a conceptualizar el propósito de nuestro servicio a Dios.
Fundador vs Instalado
En mi opinión pienso que existe una enorme diferencia entre un pastor que ha sido instalado y un pastor que ha fundado, muchos quizá piensan que esa diferencia tiene que ver con el amor a la obra. Déjame decirte que ambos aman la obra y ambos no aman más la obra que el que les ha llamado. Ciertamente en nuestra suspicacia pensamos que un padrastro no puede amar más que un verdadero padre. Es posible que ese sea el concepto que nos envuelve de lo que diferencia a fundador de un pastor instalado.
No siempre los fundadores son buenos pastores, muchos en los inicios de una obra suelen cometer errores muy graves que a veces no tienen remedio y cuando este decide dejar la obra a un nuevo pastor es probable que se lleve la sorpresa de que la iglesia termine abrazando con más paciencia y más amor al nuevo pastor.
Como también puede suceder todo lo contrario, lo cierto es que un fundador conoce más en profundidad la obra porque ha visto sus cimientos, ha estudiado a la comunidad, llorado con ella y, por lo tanto, su visión del lugar suele ser más amplia y otras veces poco paciente porque conoce lo que las ovejas pueden dar.
En cambio, un pastor instalado debe comenzar desde el principio para entender todo el enredo en el que está metido. Debe ser minucioso y cuidadoso para no cometer una imprudencia, considerando la posibilidad que muchos en esa comunidad eclesiástica sean familia. Por lo tanto, su trabajo suele ser lento y puede que incluso no sea aceptado por ese inicio lento y poco comprensivo. Algunos vienen con mucha rapidez tratando de hacer cambios bruscos y tempranos y suelen incluso estropear la obra contad de zafarse de los que están en su contra.
Sentimiento de salir corriendo
No siempre el sentimiento de salir corriendo tiene que ver con el llamado de ser Pastor por un tiempo, muchas veces los pastores instalados o que han recién fundado una obra, simplemente se agotan y desean continuar en otro lugar. También tiene mucho que ver la relación que el pastor tiene con Dios y con la iglesia a la cual se dedica. Generalmente, queremos salir corriendo, pero el Señor nos atrapa.
Ahora presta atención a esto, es posible que hayas sido instalado o hayas fundado, pero nunca comunicaste tu intención de salida. No hay nada más terrible para una iglesia que ya está segura y confiada de la guía de un pastor, que enterarse de que su pastor está de salida.
Comunicar es lo más importante que puedes hacer por la sanidad espiritual de tus hermanos que te siguen por amor a Cristo. Las emociones y los sentimientos existen, la gente suele amar a su pastor y seguirle en su ejemplo, como para que de repente desaparezca de sus vidas como si nada le hubiese importado.
Es necesario desde siempre comunicar las intenciones de tu servicio en la iglesia si es que eres Pastor por un tiempo o un Pastor itinerante. Porque eso ayuda a establecer metas claras y objetivos claros para la iglesia a la que ahora estás pastoreando.
El dolor de decir adiós
¡Claro que duele!, ¿Quién dice que no duele? Si no piense por un momento en los mismos Apóstoles quienes llegaban, pastoreaban, evaluaban y luego partían.
Me gusta como la versión de la Reina Valera Contemporánea traduce el discurso de despedida del Apóstol Pablo a los ancianos en Éfeso:
Hch. 20:18-20; Ustedes saben cómo me he comportado todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia. Saben que he servido al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas, y que he sido puesto a prueba por las intrigas de los judíos. También saben que no me he negado a serles útil, y que en público y en las casas he anunciado y enseñado.
Si vas a salir, déjame decirte que es un dolor que vas a enfrentar, duele en el alma porque te has entregado a un pueblo que también ha abierto su corazón para amarte. Y aunque podríamos decir duramente: ama más a Dios que al hombre, lo cierto es que somos hermanos y separarnos después de luchas y situaciones juntos, quieras o no duele.
Una buena recomendación
Si Dios te ha llamado a ser un pastor itinerante o pastor por un tiempo, es importante que tengas presente el corazón de los que te siguen en Cristo. Tienes que informar tus intenciones, seas fundador o un pastor instalado.
Recordemos que el ministerio es de Cristo no nuestro. No estamos presos, sino que Cristo dirige a su iglesia como él quiere, porque es su obra. El deseo es que Dios levante pastores según su corazón. La iglesia no es una cárcel, es una comunidad de salvos que administran la obra de Cristo.
Existen pastores que caen en una depresión dura y difícil cuando sienten en su corazón salir, pero no pueden hacerlo porque parece que el compromiso es más grande que ellos mismos, y muchos no se toman ni un tiempo para recapitular sus objetivos.
El pastor, por un tiempo, debe centrarse en el llamado, hacerse las preguntas y sincerarse si realmente tiene el llamado o solo fue un capricho de la vida que lo arrastró a tal a decisión de pastorear. O internalizar si su llamado es itinerante o misionero. Todo se resume en pasar tiempo Cristo, así como el Señor pasaba horas con el Padre. Esa dirección segura y esa fuerza para despedirse, de hecho, vienen de la oración y de la relación con el Padre. Si usted es pastor por un tiempo, procure también pasar tiempo con Cristo.
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