¿Pastor o Psicólogo? 📝

La iglesia del Señor Jesús está compuesta por seres humanos, todos tenemos una historia que contar. Tenemos traumas, situaciones no resueltas, problemas familiares, conyugales, en fin, todo tipo de situaciones que ameritan la consejería.

Pero últimamente he notado (y hablo desde mi perspectiva) que el ministerio del pastor quiere ser tomado, como la labor del psicólogo de profesión, y déjame decirte que son dos cosas muy distintas, pero es necesario hablarlas para evitar una confusión entre lo que es un pastor y lo que es un psicólogo.

La AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION, en su portal web, dicen lo siguiente sobre lo que es un psicólogo:

Los psicólogos practicantes cuentan con capacitación profesional y destrezas clínicas que nos ayudan en el aprendizaje a enfrentar con efectividad los problemas de la vida y de salud mental. Después de varios años de estudios de postgrado y de entrenamiento supervisado, obtienen licencia estatal para prestar diversos servicios como evaluaciones y psicoterapia. Los psicólogos nos ayudan usando una amplia gama de técnicas basadas en las mejores investigaciones científicas disponibles, y que consideran los valores, características, objetivos y circunstancias de cada persona

Una constante en esta corta definición de lo que es un psicólogo es la palabra “Ciencia”, y la ciencia es la forma de estudiar y verificar hechos, en este caso “Clínicos” esto nos lleva a formularnos una serie de preguntas en cuanto a la vida pastoral y a la consejería.

¿Un Pastor puede brindar acompañamiento emocional?

A través de la historia cristiana, los pastores siempre han hecho un acompañamiento emocional a aquellos que lo han necesitado. Los pastores han estado en situaciones tales como: perdidas familiares, hambre, desalojo, cárcel, enfermedad, mucho antes que los psicólogos.

Me llama mucho la atención que en la definición de la American Psychological Association sobre el psicólogo, esté la función de un acompañamiento en los “problemas de la vida” ¿A qué problemas se refiere? Pues perdidas familiares, hambre, desalojo, cárcel, enfermedad, entre otros.

La pregunta entonces cambia de protagonista ¿Puede un psicólogo brindar acompañamiento emocional? En la postmodernidad, ellos también han estado en las cárceles, en las perdidas y en todo lo que requiera ese acompañamiento, pero nace la otra pregunta ¿Bajo qué principios los psicólogos hacen un acompañamiento a una persona herida emocionalmente? ¿Qué consejos brinda dentro de sus posibilidades tanto científicas como clínicas hacia el aconsejado? Es aquí donde el camino es diferente.

Permíteme ilustrarte con esto: raramente un latonero, que se dedica a quitarle los golpes a los autos para luego pintarlos, sabe también reparar el motor de un auto a la perfección. “A menos que se haya dedicado a estudiar las dos cosas” 

Cuando un pastor ha estudiado y dedicado parte de su vida a una carrera de psicología, tiene una comprensión diferente de como usar las evidencias científicas en cuanto a la salud mental en la consejería pastoral. Los pastores no son psicólogos y los psicólogos no son pastores. 

Generalmente al psicologo lo coloca el estado para ayuda, el pastor de verdad va por si solo porque su trabajo no es administrativo es de plena misericordia.

Para un pastor, la vida espiritual existe y la comprensión de esa realidad está subordinada a la Escritura Sacra, no a una determinación clínica. Lo que me lleva a pensar que la mayoría de los pastores que citan a Freud, el padre del psicoanálisis, no han leído a Freud. 

¿Un pastor puede diagnosticar un trastorno mental?

No, un pastor no puede ni evaluar, ni diagnosticar un trastorno mental, porque no tiene las credenciales para eso, a menos que sea un pastor que haya dedicado parte de su vida a la psicología o a la psiquiatría. A mi parecer creo que hay dos factores importantes que accionan en un pastor para determinar si la persona tiene un problema mental. Digo esto porque dentro de la iglesia hay todo tipo de personas con cualquier tipo de complejos. Así en cualquier entidad pública o privada.

Uno es, que haya estudiado el tema y sepa identificar un problema, y el otro es, que el pastor sea un hombre de experiencia, como para darse cuenta de que la situación que la persona está sufriendo tiene que ver con un asunto patológico y necesite otro tipo de atención. En ese caso los pastores oran por sanidad, y todo depende de la voluntad de Dios, otros aconsejan al necesitado, ir con un psicólogo de confianza para tratar su caso y tener un diagnóstico, incluso allí el pastor hace el acompañamiento. 

Los trastornos mentales son muchos y cada uno es más complejo que el otro, por ejemplo, desde el 2020, en Francia, se veía con preocupación la salud mental de los jóvenes estudiantes de 18 a 24 años, a lo que ellos llamaron “La tercera ola”.

Según La Santé Publique France, en su portal web el 19 de noviembre de 2020, las consultas de jóvenes estudiantes aumentó un 20% en escuelas y hospitales, con trastornos mentales depresivos. Advierten que la tercera ola llegó. Ya para este año 2024 en Francia es una prioridad por parte del Primer Ministro Michel Barnier colocar a la salud mental como una “Gran causa nacional” para el año 2025. Esta realidad se está triplicando en el mundo.

Esto significa que la consejería y el acompañamiento tendrán suma importancia en estos tiempos. Un pastor que se forme para la consejería familiar y un psicólogo que se forme en la teología, son esenciales para que la fe y la razón puedan tener sana paz en la formación de un ser humano integral.

Claramente, el pastor se dedica a su iglesia y es quien está en la comunidad de la iglesia y conoce a su gente. Sabe los problemas tanto espirituales como sociales de su gente. Por su puesto puede evaluar las conductas de las personas, y se limita solamente a ser su labor pastoral.

Pienso que un pastor que piensa en la salud mental de su iglesia, elabora planes y proyectos en pro de una mejora en el acompañamiento personal de los casos más complejos que viven los cristianos. Debe contar con un equipo multi profesional que le ayude en esa labor. No hay nada de malo en eso.

He visto psicólogos recomendar pastores para una sanidad espiritual, cuando tienen conciencia de que la vida espiritual es importante.

¿Qué tipo de asesoramiento brinda un Pastor para la salud emocional?

Veamos lo que nos dice Santiago 5:13-15:

¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. 

No iré tan lejos, pero es importante resaltar algunas cosas de estos versículos. Lo primero es que muchos pastores mal formados, toman esto para zafarse de la responsabilidad del acompañamiento pastoral, diciendo que si tienes alguna de estas cosas, Ora, Canta o llama 0-800 ancianos para que oren por ti, como si fuese una fórmula. Realmente es un consejo que está dando el apóstol Santiago de como tratar con ciertas situaciones o problemas de la vida, sobre todo los que por causa de Cristo son perseguidos. 

La tristeza es tratada como una herramienta de las tinieblas para destruir tu fe, tu gozo y tu paciencia. Por lo que no se trata de ir a fiestas para quitarte la tristeza, ni hacer eventos cargados de dopamina para alegrarte, no, es un acompañamiento en la oración.

No se especifica el tipo de oración (pública o privada) sino, la actitud de ir a la presencia de Dios en fe. El que está triste, debe aumentar su fe en la oración. La tristeza o la depresión, juega con el optimismo de las personas, por lo que es necesaria la fe para levantarse, sacudirse los escombros y seguir adelante.

La música de alabanza está vinculada a la alegría, el texto indica que está alegre, que cante. Porque su cántico puede ministrar al que está triste. Y es ministrado así mismo por el gozo que tiene.

El que está enfermo, llame a los ancianos. Estos velaban por la salud espiritual y física de la iglesia, ellos, junto al pastor principal u obispo, componían el cuerpo pastoral. Es interesante que el tema de la salud sea tomado con sumo cuidado por un cuerpo especializado. De esta manera, el consejo no parece subjetivo sobre si orar o cantar solo, sino que la salud es tratada por un equipo que va a orar y a determinar lo que allí sucede.

Todo esto es interesante, pero, el consejo final revela todo:

Stg 5:16;  Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. 

Cuando vamos al que nos hiere, al que no soportamos, al que nos hizo daño y le confesamos nuestra ofensa, somos también sanados. Cuando oramos los unos por los otros, también somos sanados. 

Conclusiones

Según Santiago, el pastor lleva a la oración, a la alabanza y al escrutinio, la salud mental y espiritual de un creyente necesitado. Tener formación en la consejería es vital y necesario porque sirve mucho a la hora de ayudar a otros. 

Un psicólogo tiene herramientas humanas para tratar casos humanos, el pastor tiene herramientas espirituales para tratar casos humanos de índole espiritual. Hubo un tiempo donde la psicología hizo la guerra a la religión y el final fue desastroso. Hoy vemos gente con trastorno de personalidad, sin fe y sin identidad. Como también hubo una guerra entre pastores contra cualquier investigación psicológica o psiquiátrica que pueden ser de mucha ayuda para comprender la psiquis de una sociedad.

Ambas herramientas dentro de la fe y la razón son importantes para atender a la gente. Pero nosotros como pastores debemos defender el evangelio y el acompañamiento Bíblico del necesitado porque nuestra intención, no es solamente que sepa vivir la vida, sino que tenga relación con Dios que es el dador de la vida. 

El pastor entendido debe instar a la capacitación de su iglesia en esos temas, aprovechar a médicos y psicólogos dentro de la congregación para que tengan una amplia visión de las cosas espirituales y naturales que afectan a la plenitud de la vida, en consonancia de una buena relación con Dios y su Santo Espiritu a través de su Palabra.

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Martin Disrael Malavé

Pastor, Escritor & Autor del Blog

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